jueves, 9 de febrero de 2012

Desaparece la venda de la Justicia

La Real Academia de la Lengua Española dice que vergüenza es la turbación del ánimo, que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena. 

Este es el sentimiento que hoy recorre a muchos ciudadanos en relación a su sentimiento como españoles tras haber conocido la sentencia del Tribunal Supremo y la consiguiente inhabilitación durante 11 años del juez Baltasar Garzón.

Fuente: Gervasio Sánchez, Fosa Cetina (España)
Pero, ¿por qué? Se preguntaran aquellos señores que sentados en sus tronos reales se ponen sus togas y condenan a otro entre sus iguales, ¿por qué hoy muchos españoles no querrían serlo?,¿por qué hoy muchos españoles dudan de la justicia y su real separación respecto al resto de poderes?

Hace un tiempo una sabia persona que ha visto los horrores del mundo a través de su objetivo me dijo “he visto como gobiernos con menos dinero en su haber ha hecho grandes esfuerzos para encontrar los cuerpos de los familiares que han hecho desaparecer las dictaduras políticas, pero no en España”. Comentaba así Gervasio Sánchez el desprecio que le merecían los políticos de este país ante el paso de página que han hecho sobre este tema en España, y así lo aseveraba “todos los políticos han querido pasar de página para no herir sensibilidades, pero un conflicto no acaba hasta que los cuerpos de los familiares fallecidos no se entierran”.

Creo que hoy Gervasio estará igualmente decepcionado y de nuevo observando como la JUSTICIA ha decidido quitarse la venda definitivamente. Hoy se ha permitido que la única persona justa que ha dedicado su vida al servicio de la ciudadanía, que ha luchado contra los crímenes de guerra y ha puesto rostro a los desaparecidos desaparezca.

Todavía somos muchos los que no sabemos dónde se encuentran los cuerpos de los familiares que deberían reposar junto a su padre, madre, hermanos… Por desgracia, en mí caso, hijos no, todo su pecado, ser abogado laboralista. 

Habitantes de este país, con familiares desaparecidos, sin ellos, qué más dará, con sentido de la justicia al fin y al cabo, ¿vamos a permitir esto?

No quiero vivir en un país donde los justos son condenados y los estafadores quedan impunes. ¿Esta es la España de la democracia?


Beatrice*

lunes, 16 de mayo de 2011

Miércoles Santo según J.S. Bach

La tensión ese día se dejaba sentir en el ambiente, algunos ciudadanos habían salido a la calle guiados por el olor de incienso y el redoble de los tambores que marcaban el ecuador de la Semana Santa, en un Miércoles Santo que amenazaba tormenta. Otros muchos aguardaban con nerviosismo el comienzo de un partido altamente mediatizado y esperado por los aficionados al fútbol, la final de la Copa del Rey, ese Madrid- Barça que tantas pasiones levanta. Sin embargo, unos pocos eligieron una alternativa muy distinta a las que ofrecía ese día la capital aragonesa, unos pocos eligieron vivir La Pasión según San Juan que Johann Sebastian Bach vivió y compuso en 1724.

Componentes de "Al Ayre Español"
El concierto tuvo lugar en la sala Mozart del auditorio, esa caja de Pandora de tonos dorados, formas asimétricas, y acústica que ha atraído y enamorado a los mejores directores de orquesta del mundo: “Siempre que me preguntan por los auditorios modernos, en cualquier lugar del mundo, tengo que referirme al Auditorio de Zaragoza, porque tiene la acústica más importante, la mejor que conozco”, según las palabras de Zubin Mehta.

Las expectativas de los espectadores eran elevadas, habían dejado a un lado los grandes eventos para disfrutar de auténtica música. En este contexto el grupo orquestal de música barroca Al Ayre Español acompañado por el coro de Vozes que lleva el mismo nombre, así como los solistas, tenían un gran compromiso para con los espectadores, algo que Eduardo López Banzo, a cargo de la batuta, tenía muy claro.

Y entonces, las luces comenzaron a cesar dejando a los artistas como agentes principales de aquella tarde.

La primera parte del concierto discurrió con ligereza, el sonido y timbre de los instrumentos barrocos trasladaban al espectador al S.XVIII. Sin embargo, se pudo observar una cierta timidez del coro que, pese a tener una técnica vocal pulcra y limpia, no consiguió proyectar el sonido lo suficiente hacia los espectadores. Thomas Walker, el tenor solista, en el papel principal de evangelista, realizó una acertada interpretación ya que era el encargado de guiar la obra a través de la narración de La Pasión de Jesucristo. El tenor mostró comodidad en el escenario en una obra perfectamente diseñada para su color de voz. Caben destacar las intervenciones del bajo Gianluca Buratto que dejaron a los asistentes boquiabiertos, demostró una gran técnica vocal con la que dejó a más de uno con el vello erizado.

La segunda parte situaba a Cristo ante Poncio Pilatos, y también a muchos espectadores viendo el partido de fútbol, pues la confluencia de asistentes se vio bastante mermada. No obstante, para el resto comenzaba la parte más agria de La Pasión.

Prueba de sonido previa al concierto
El coro volvió al escenario renovado, el sonido, la proyección y la intención fueron totalmente distintos tras el descanso. Se dejaron la piel en el escenario y consiguieron devolverle a la obra la tensión que merecía. La intervención de la soprano, María Espada, fue exquisita en un aria a la que Bach imprimió un desgarro y dolor absolutos, Dein Jesus ist tot! (¡Jesús ha muerto!), repetía la soprano en un auditorio conmocionado ante el realismo que ofrecía la interpretación del aria.
La obra concluyó con la intervención del coro quien supo interpretar de buen grado el momento de esperanza y resurrección de Cristo. Los aplausos se sucedieron durante cinco minutos, el público estaba satisfecho, y por la cara de los artistas, ellos también.

Y aunque algunos ciudadanos estuviesen viendo procesiones, y muchos otros la final de la Copa del Rey, unos pocos disfrutaron de un concierto donde La Pasión según San Juan, del compositor barroco Johann Sebastian Bach, consiguió evadir al público de lo que estaba sucediendo fuera.

Dejo un enlace con el comienzo de la obra para aquellos curiosos que se hayan quedado con ganas de escucharla: 
 

miércoles, 16 de marzo de 2011

¡Destruyamos al GOLEM!

Hace poco empecé a hacer prácticas en un diario digital. 

La verdad es que he tenido suerte, pues al ser un sitio pequeño te empepas de todo y tienes la oportunidad de trabajar en todos los campos, también tienes la oportunidad de meterte en el barro político, y por supuesto, de acabar cubierto de ese fango viscoso que lo compone.

Los apasionado suelen creer en utopías, en políticos dignos que realmente luchan por los beneficios de sus municipios o comunidades autónomas, pero NO. No se engañen, sólo generan barro que intentan moldear y pintar de colores para conseguir atraer a los ingenuos que todavía pensamos que alguien noble puede cambiar las cosas. 

Pero esto es como todo, si la casa tiene humedades, la pintura acaba cayendo, si el material no es adecuado, la pintura desaparecerá. Es entonces cuando el revestimiento da paso a la "pura realidad", y por fin podemos ver la masa marrón viscosa, y que sinceramente apesta, sí pasa de barro a mierda. No intentemos buscar eufemismos, las cosas hay que empezar a decirlas por su nombre, sin engaños, sin tapujos.

Y entonces es cuando a los apasionados, no es que se les caiga la venda, no, es que se la arrancan, se la roban de repente y les salpican con esa sustancia marrón maloliente y, ¿saben qué sucede? se asquean, dejan de creer, y el barro que les ha salpicado se solidifica, creando ejércitos de GOLEM.

Pasamos a ser hombres artificiales sin alma, que ingerimos las palabras de los políticos, como el Golem obedecía la palabra escrita en los papeles de Low. Somos marionetas animadas, perdemos la voluntad propia y seguimos a la masa.

Y es que el barro nos ha dejado inmóviles, SÍ, nos ha salpicado, pero en vez de limpiarlo, hemos dejado que se seque y se solidifique. Nos hemos dejado a nosotros mismos, hemos permitido que nos ganen la batalla.

Pero disculpen que añada que los apasionados no hacen esto, y que el barro no debe ayudar, sino, a remover todavía más nuestra necesidad del cambio, debe alimentar nuestro inconformismo. Somos nosotros los únicos que podemos quitar el barro solidificado del resto. 

Porque la política es apasionante, pero los políticos una mierda.

BGM*

jueves, 13 de enero de 2011

Siempre buscando esa pieza...

Las relaciones de pareja...

Esa extraña obsesión que el ser humano tiene por encontrar a alguien que complete nuestro puzzle, esa pieza final que le dé un sentido y armonía al resto para formar un todo compuesto.

Pero, ¿realmente existe esa pieza?

A medida que experimentamos nos damos cuenta de que no es así y que de algún modo es una pieza imperfecta, con impurezas, que durante un período de tiempo podemos considerar como válida para suplir ese vacío, pero que al fin y al cabo no es más que otro intento de encajar la pieza perfecta.

Y es que las relaciones, como en un puzzle sin final, lo que más deseamos es encontrar a ese alguien que complete nuestra vida y encaje a la perfección. A la larga lo que buscamos son personas que de algún modo cumplan nuestras pasiones. PERO SIEMPRE HAY UN PERO. Y es que las pasiones son pasajeras y una vez explotada una pasión nos cansamos de la misma y necesitamos de otra para poder sentirnos plenos. Y así es, encontramos una pasión más fuerte que queremos saciar. Una vez más volvemos a caer en la búsqueda insaciable de esa pieza final, esa persona, que en esta ocasión no tenga impureza que alimente esa pasión. Lo único que encontramos es un sustitutivo del anterior. ¡SÍ! sorprendentemente consigue encajar en el puzzle pero en el fondo de nuetro ser sabemos que no es la perfecta porque hay muchas otras pasiones que no consigue cubrir. Decidimos volver a dejar sin pieza final al puzzle...

Nos desesperamos, lloramos, pataleamos, reímos socarronamente, maldecimos a Cupido y su séquito de cursilerías "ñoñas" adornadas con corazones rojos y al final perdemos toda esperanza. 

Pasa el tiempo, sabio y sanador de todo mal, y aunque nuestro yo interior sigue resentido la idea del puzzle acabado sigue rutilante, como la luz de una lamparita de noche esperando a que su escritor se siente una noche más ante ella y comience su idilio amoroso entre papeles, lápices y el haz de luz dorada que envuelve la escena.  De tal modo que poco a poco nos recomponemos y de nuevo ¡PUFF! encontramos a una persona maravillosa, increíble, divertida, alegre, cariñosa, atenta pero no agobiante... Pero, NO, no es más que otro intento de conseguir un estado de plenitud total.

Pero somos felices, con esas piezas pasajeras, que te hacen explotar al máximo tus pasiones. Cada una de esas personas te llena de una forma mágica, te da vida, completa el puzzle de forma pasajera.

Entonces, ¿tan importante es encontrar una pieza perfecta que nunca llegará?, o , ¿tal vez lo más inteligente sea vivir cada pasión como si fuese la última, sin importar su fecha de caducidad? 

Otros piensan que al final hemos probado tantas piezas imperfectas que el las ranuras del puzzle se van limando hasta que acaban encajando.


ALUDIENDO A LAS MUJERES:
Aquí dejo un enlace de la serie sexo en Nueva York, graciosa y clarificadora:
http://www.youtube.com/watch?v=0AczYtHF8D4

PARA LOS HOMBRES y todo aquel susceptible de apreciar buena literatura:
http://sinopuededormir.blogspot.com/2010/11/desde-mi-celda-carta-de-un-lunatico.html


Beatrice*

jueves, 16 de diciembre de 2010

La profesión de los "palitos de polo"

Poco a poco la luz de la Sala Mozart, del Auditorio de Zaragoza, atenúa su fuerza para dar paso a la entrada de los artistas. Como si de una procesión se tratase, más de 357 coristas y una orquesta de alrededor de 50 instrumentistas hacen su entrada en a un escenario bañado por la luz dorada que se concentra en el escenario.

Y entonces, en medio de esa vorágine de colores cálidos, focos dirigidos a los músicos y total penumbra en las plateas, una voz en off anuncia al público: “Señoras, señores, el concierto va a dar comienzo, por favor apaguen sus teléfonos móviles y mitiguen en lo posible aquellos ruidos que puedan perturbar la concentración de los artistas”.

Octava Sinfonía de Mahler, Auditorio de Zaragoza. Director: Valery Gergiev.F: Tino Gil
Sólo es necesaria que esta dulce y plácida voz en off diga esta frase, para que las toses de 2000 personas inunden la sala y rompan el halo que ella misma ha creado. Hasta que progresivamente se apagan y hace entrada el director, entre aplausos. Saluda  y ocupa su pequeño y un tanto elevado cuadrado para dar la espalda al público. Es en ese preciso momento cuando una persona puede comprender lo que es el silencio súbito. Para los artistas se trata del momento más importante, aquel en el que la tensión y los sentidos están a flor de piel, listos para responder de forma pronta a las órdenes de la batuta del maestro a la dirección.

Y una vez que él, en su lucha interior por canalizar toda su energía en un único punto, da ese movimiento que inicia la maravilla de la música.

Algunos piensan que el papel de un director de orquesta es el de mover los brazos como un molinillo, ¡cuánta ignorancia! Estas personas que dan la espalda durante conciertos que llegan a las 3 horas, (como el Mesías de Haendel) han estado estudiando una larga y complicada carrera durante años.

Pero las personas siguen viviendo en la ignorancia y no comprenden que  aquellos que se dedican a estudiar música, los MÚSICOS, con mayúsculas, les cuesta acabar su carrera una media de 15 años. Sí, haciendo cálculos no encontramos ninguna otra materia del conocimiento que requiera tal sacrificio. Pero esto no acaba aquí, para conseguir una formación completa y brillante se van a diversos países, con maestros reconocidos para ampliar su conocimiento. Esto lo hacen durante el resto de sus días. Es decir, nos encontramos ante una carrera de formación en la que el período de aprendizaje límite es la que la vida permite aprovechar.

Y el director de orquesta, según Ana Morgade (colaboradora del programa de Buenafuente), en referencia a Lorin Mazeel, sólo es “el señor de espaldas que hace así (movimiento con los brazos, que podréis ver en el enlace del dinal) no canta, no toca, NO. Sólo hace esto (repite el aspaviento con los brazos)”.

Se queja de la cuantía de dinero que gana una persona por: haber estudiado una carrera que todavía no ha finalizado, llevar dirigiendo orquestas durante 30 años, conseguir bajo su batuta que las orquestas suenen con un brillo especial.

Porque claro, esta presentadora, que tiene 5 años de estudios de violín, parece ser que no sabe que para hacer música no es suficiente afinar y tocar las notas de una partitura… el sentimiento no sólo lo dan las alteraciones de la misma, la expresividad y movimientos del director de orquesta son en gran medida lo que hace que una orquesta sea buena, o que sea la mejor. Ahí radica el problema, y es que para algunos la música es como para esta periodista el director de orquesta, uno que se está forrando porque mueve una batuta “pá los laos, que es un palito, un palito del de los de los polos”.
Director de Orquesta Lorin Mazeel

Y es esta la cara de la música, mal llamada "clásica", que los medios de comunicación más seguidos muestran.

Sólo recomendaría que por un momento, un solo instante, pensaseis en el trabajo que supone para un director de orquesta enfrentarse a una obra. Empezando primero por el estudio de la situación histórica en la que se compuso, los problemas sociales de la misma. Sigamos por la vida de su autor, con pelos y señales, para poder comprender los acordes que aparecen en la partitura, el carácter que quiere transmitir a través de cada número, es decir, meterse en la piel del compositor y conseguir comprenser la intención final que se esconde tras las partituras. La traducción y análisis de los textos. Así como el papel de cada instrumento en cada uno de los momentos de la obra, para saber qué es lo que el compositor en su día quería transmitir a través de ellos, con qué objetivo, con qué carácter, qué quería transmitir a través de cada uno de ellos. Y por último aúna todo esto ante una orquesta compuesta por 100 personas y que en ocasiones también participan coros. Imprime todo esto en tus brazos, desde los hombros hasta la punta de los dedos, el movimiento exacto para expresar cada uno de estos matices. 

Algo alegre tal vez necesite un movimiento abierto, pero tengamos en cuenta que si es alegre pero piano no podremos hacerlo abierto, porque eso significaría que el director está pidiendo un forte… Y así con absolutamente cada compás de una obra.

Pero claro, los directores de orquesta sólo son esas personas que llegan al escenario envuelto en un halo de calidez, con grandes artistas que aguardan con tensión y los sentidos a flor de piel, el momento en el que el maestro a la dirección consiga vencer su lucha interior para canalizar toda su energía en un único punto. Y entonces, da ese movimiento que creador de obras maestras de la historia cultural musical.


El director de orquesta austríaco, Herbert von Karajan aseguraba que "el arte de dirigir consiste en saber cuándo dejar la batuta para no molestar a la orquesta."


Aquí podéis ver lo que Ana Morgade dijo en el programa de Buenafuente sobre Lorin Maazel, y juzgar por vosotros mismos:
http://www.youtube.com/watch?v=dTtFkS8T8Hg

También dejo un fragmento de la Sinfonía nº8. de Mahler, en mi opinión uno de los finales musicales sinfónico más mágicos que he escuchado. Destacar la interpretación de la Orquesta Joven de Gran Bretaña y la excelente dirección del maestro Simon Rattle:



viernes, 19 de noviembre de 2010

“El Auditorio me ha dado la vida”

Espero sentada en un hall, por donde entran los artistas, y tras unos breves minutos viene a buscarme un hombre de mediana estatura, con elegante porte y sonrisa afable. Miguel Ángel Tapia, que este año celebra el quince aniversario desde la apertura del Auditorio, así como su carrera como director del mismo a lo largo de todo este tiempo, abre las puertas de su despacho. Con una mesa llena de papeles, el teléfono sonando constantemente, una pared repleta de momentos enmarcados, estanterías llenas de una colección interminable de CDs y de libros, un rinconcito dedicado al género de la zarzuela y la jota, un paquete de Marlboro siempre a su lado y entre sus manos, el cuadrante de la programación del Auditorio de los siguientes meses… Todo dispuesto para una jornada laboral más.

Miguel Ángel Tapia trabajando en su despacho del Auditorio de Zaragoza. Fuente: Beatriz Gracia

¿Si tuviera que elegir un instrumento? 

Para tocar, sin ninguna duda el piano, que es lo que yo he elegido.

¿Si tuviera que elegir un estilo musical? 

Lo mal llamado música clásica, que en realidad es música con mayúsculas.

¿Si tuviera que elegir un director de orquesta actual?

Mariss Jansons.

¿Si tuviera que elegir un compositor?

Depende del momento y de mi estado de ánimo, hay épocas en las que me gusta más Mozart, otras Rachmaninoff, en otros momentos Bach…

¿Si tuviera que elegir una ópera?

Carmen, creo que es la ópera más redonda de todas.

¿Si tuviera que vivir en otra ciudad? 

En Nueva York, pero para vivir no para trabajar. Me gustan las grandes ciudades, muy cosmopolitas, que respiran libertad, en las que la ciudad vive 24 horas al día…

¿Si tuviera que elegir un cantante/a del momento? 

Depende del etilo musical, pero siguiendo la línea anterior, supongo que a Joyce Didonato, una mezzosoprano americana que canta música lírica.

¿Si tuviera que elegir a un instrumentista?

Leif Ove Andsnes, un prestigioso pianista noruego.

¿Si tuviera que elegir una orquesta? 

La orquesta Concertgebouw de Amsterdam, que además estuvo aquí hace escasos días.

Tras quince años al frente del auditorio, ¿qué siente?

Parece que es el 1º año, estoy siempre empezando, porque en la música, en la organización y en la promoción siempre todo lo que has hecho queda en el recuerdo, pero no tiene constancia para nada más, no es algo tangible, son cosas que sólo puedes recordar y esos recuerdos no sirven de nada para hoy. Es cierto que te ayudan a saber lo que tienes que hacer mejor y para saber cuál es la historia de estos quince años, gracias a la cual estamos donde estamos. A mí estos 15 años se han pasado como si hubiesen sido 15 meses, recuerdo cuando se inauguró el Auditorio y parece que sucedió ayer.

Usted desarrolla tres actividades en el Auditorio…

Exacto como director artístico, técnico y gerente que en el cómputo global exigen que el Auditorio funcione en todo momento. Además cuento con un equipo de 9 personas, con un cometido específico, con las que me reúno al comienzo de la semana para coordinar todo a la perfección.

Ahondando un poco más, ¿cuál es su función como director técnico?

Simplemente que el Auditorio no se vea paralizado en ningún momento por ningún acontecimiento, tengo que velar porque siempre permanezca abierto. Para ello cuido nimiedades como que funcione la luz, el agua… Que sin embargo son fundamentales en cualquier infraestructura de este tipo.

Como director artístico…

Aquí se compendia lo que se le ofrece al público. Hacer los programas, contratar a las orquestas, atender a todas las llamadas, atender a los pianistas, directores y orquestas que quieren tocar aquí, y ante todo hacer una buena selección del producto que se va a ofrecer, atendiendo a las características del público.

 Los grandes momentos de su vida laboral. Fuente: Beatriz Gracia
Y de gerente…

Como gerente me encargo de todo lo relacionado con el tema económico. La contratación del personal de servicio, como las azafatas, taquilleras y todo el mundo que tiene que estar al tanto. Todo esto, además de lo anterior dicho, está totalmente relacionado al presupuesto con el que se cuenta. Con ello se debe hacer un balance de lo que se va a vender y crees que va a ser aceptado por el público.

¿Cómo describiría su dedicación al Auditorio?               
                          
Yo duermo muy pocas horas, trabajo aquí casi las veinticuatro horas del día. Estoy pendiente del Auditorio todo el día, porque aunque me voy a casa mi teléfono siempre está encendido por lo que pueda pasar.

¿Cómo puede compaginar su trabajo con su faceta como pianista?

Yo soy muy desordenado aparentemente, sin embargo mi cabeza es muy ordenada y responsable, por ello no he dejado nunca la faceta de músico. Cuando llevo más de un mes sin acompañar a un instrumentista, tocar en un concierto o acompañar a un cantante, me pongo nervioso al no ``pisar tablas ´´. Además eso me viene bien para mantener mi agilidad, estudiar, no abandonar esa profesión tan bonita que comencé con 7 años y que me ha costado tanto mantener.

Por el Auditorio han pasado las mejores orquestas del mundo, ¿fruto de un reto personal?

Tan sólo soy un trabajador y jamás he querido ser pretencioso. Se han sucedido un cúmulo de circunstancias que han ido forjando unos eslabones, dando como resultado una cadena que debemos cuidar para que sea de oro y no de chatarra. Si eso ha sido lo que ha salido, ha sido sin pretenderlo. Y si este trabajo en equipo ha conseguido una grata aceptación, nos podemos sentir orgullosos de que Zaragoza tenga un auditorio que es un referente hoy en día.

¿Por qué apostó por los grupos residentes del Auditorio?

Me parece que es un modelo que no se había hecho en ninguna otra ciudad de España, contando con los auditorios. Casi todos los auditorios de España tienen una orquesta sinfónica, ya sea propia de la ciudad o de la comunidad autónoma, sin embargo Zaragoza y Aragón carecía de ella, por lo tanto apostamos por estos grupos emergentes, que con esfuerzo y trabajo ya están dando su fruto internacionalmente.
Estoy convencido que tanto el coro Amici Musicae, en sus tres facetas, infantil, juvenil y senior, como la orquesta de cámara del auditorio``Enigma ´´, las orquestas jóvenes del Conservatorio y “Al aire Español”, creo que es de lo que más orgullosos nos podemos sentir, no solamente yo, sino todos los zaragozanos.

¿Cuáles son los momentos más especiales que ha vivido a lo largo de su carrera como director del Auditorio?

Lo cierto es que tengo dos grabados a fuego en mi memoria. El primero fue el día de la inauguración, el 5 de octubre de 1994, cuando oí el himno de la alegría, con todos los coros e instrumentistas de la orquesta nacional, estaba sentado junto al arquitecto, José Manuel Pérez La Torre, y en ese momento nos fundimos en un apretón de manos y los dos nos emocionamos muchísimo.

Ese es el primero… ¿Y el segundo?

Esta vez no fue solamente en el concierto, sino también en la retransmisión por televisión, del concierto, con motivo de la Expo, que dio el director Zubin Mehta, la orquesta de Israel y el coro senior Amici Musicae del Auditorio. Interpretaron la Segunda Sinfonía de Mahler, ``La Resurrección ´´. La interpretación de la parte final de la obra me pareció un momento de los que se quedan en tu retina.

¿Cómo han marcado en su vida estos quince años?

He sido un afortunado, yo soy de los que piensan que el Auditorio me ha dado la vida, las mayores satisfacciones, a parte de los momentos malos y difíciles que haya tenido, pero de eso no me acuerdo. Soy agradecido a quien me puso al frente de este proyecto y sobre todo agradezco la suerte que he tenido de dirigir algo tan bello, tan espectacular y que se ha convertido en un referente europeo incluso diría que mundial.

La gente piensa en usted como alguien inaccesible…

Me voy a describir porque muchas veces me hago mi propia autocrítica y en esa autocrítica me salen muchísimos defectos, uno de ellos es que soy muy vehemente pero a la vez de la vehemencia soy muy claro, yo me enfado sobre todo por los problemas pequeños, las tonterías me ponen muy nervioso y me desquician, sin embargo, con los problemas grandes de mi vida he adoptado una serenidad que jamás hubiera creído que pudiera adoptar, ese es uno de mis errores y virtudes al mismo tiempo.

A otros les sugiere un respeto que en ocasiones roza con un cierto temor…

Quizás eso sea un complejo de inferioridad, derivado de que soy pequeño y todos los pequeños tenemos que tener un mecanismo de autodefensa para que no nos avasallen, posiblemente pueda ser eso, cuando me autoanalizo doy con esta respuesta, pero lo que también puedo decir es que cuando se me conoce soy una persona muy tierna, muy dulce, muy enamoradiza, muy romántico y sobre todo puedo decirte que no soy mala persona. Yo jamás he rematado a nadie y he tenido motivos para ser absolutamente vengativo, pero no puedo vivir con un resquemor en mi vida. Cuando me equivoco suelo pedir perdón, lo reconozco y reconozco que tengo un pronto malísimo. Digamos que soy un corredor a larga distancia y como corredor a larga distancia doy buenos resultados.

¿Le queda algún sueño pendiente?

Creo que quedan muchas cosas todavía por realizar y mucha gente por venir. Una de las cosas más importantes que quiero dejar antes de jubilarme, es dejar muy consolidados los grupos que actualmente están estables en este Auditorio, y desde luego proyectarlos al mundo. Pero no por mí, sino por Zaragoza, para llevar el nombre de nuestra ciudad por todo el mundo y que estos grupos sean un referente a nivel nacional e internacional y que sepan que en Zaragoza también se hacen cosas estupendas.

Beatrice*

martes, 2 de noviembre de 2010

Genios de café y alcobas

En el interior de bares con pequeños escenarios iluminados por tenues bombillas parpadeantes, en pocos metros cuadrados con paredes agrietadas y olor a humedad, denominados “estudios”. En una habitación envuelta de recuerdos e ideas rutilantes, en el arco de un violín, o las hojas amarillentas de un cuaderno y lápices sin punta…Donde viven los genios anónimos.

Aquellos que dedican su vida a crear auténticas obras de arte y sin embargo se tienen a sí mismos y a un reducido grupo de admiradores. Las copias nos invaden cada día en más aspectos de la vida y siento decir que también en el arte, por desgracia. Y tenemos que ver como estas personas triunfan en el mercado, mientras que nuestros genios anónimos crean verdaderas maravillas entre cuatro paredes con olor a incienso que intenta tapar la humedad. Puedo parecer brusca en estas palabras, tan sólo son un símil literario de la soledad de su arte.

Alejandro Monge, joven pintor zaragozano de 22 años.
Perdemos genios con cada respiración de basura televisiva, lectiva, musical que decidimos consumir. ¿O tenemos opción?, lo cómodo no es lo mejor, si no lo más sencillo, pero y ¿qué hay de las inquietudes? La belleza que se esconde en lo más profundo de una habitación oscura, de un bar al que nunca habíamos entrado, la intriga de ver una exposición de un pintor del que no conocemos el nombre, de una obra escrita que parece demasiado breve para ser buena, debido a lo que nos gustan los tomos Larousse que últimamente son best seller. No olvidemos que Gabriel García Márquez hacía verdaderas maravillas en 140 páginas (Relatos de un Náufrago).

Pero si nosotros, los jóvenes, no somos capaces de movernos, inquietarnos, apasionarnos por algo, indagar en lo llamativo, escuchar a poetas de bares, cantantes de alcobas, escritores de blog, músicos de metro… ¿Quién lo va a hacer? En un país en el que la cultura nunca ha sido la bandera a enarbolar.
Retrato del pintor Alejandro Monge
Démosles la importancia que se merecen, concedámosles un sitio en nuestros blogs, en nuestros tablones de Facebook, en nuestras estanterías, en nuestro tan “inexistente” tiempo, en nuestras vidas. Hagamos que sean escuchados, vistos y leídos. Tengamos espíritu crítico y no nos conformemos con la basura con la que nos bombardean constantemente los medios. Seamos jóvenes que consigamos una actitud crítica ante lo que la vida nos depara, tengamos voz y voto, “mojémonos” por lo que nos importa, pasemos por la vida pisando con fuerza en vez de puntillas.

Luchemos por estos genios que engrandecen una generación tan duramente criticada. Somos los actores de nuestro guión, no caigamos en un “Física o Química” cualquiera. Confiemos en los grandes anónimos para crear una gran obra.


Beatrice*

Espero que disfrutéis de este enlace: