viernes, 19 de noviembre de 2010

“El Auditorio me ha dado la vida”

Espero sentada en un hall, por donde entran los artistas, y tras unos breves minutos viene a buscarme un hombre de mediana estatura, con elegante porte y sonrisa afable. Miguel Ángel Tapia, que este año celebra el quince aniversario desde la apertura del Auditorio, así como su carrera como director del mismo a lo largo de todo este tiempo, abre las puertas de su despacho. Con una mesa llena de papeles, el teléfono sonando constantemente, una pared repleta de momentos enmarcados, estanterías llenas de una colección interminable de CDs y de libros, un rinconcito dedicado al género de la zarzuela y la jota, un paquete de Marlboro siempre a su lado y entre sus manos, el cuadrante de la programación del Auditorio de los siguientes meses… Todo dispuesto para una jornada laboral más.

Miguel Ángel Tapia trabajando en su despacho del Auditorio de Zaragoza. Fuente: Beatriz Gracia

¿Si tuviera que elegir un instrumento? 

Para tocar, sin ninguna duda el piano, que es lo que yo he elegido.

¿Si tuviera que elegir un estilo musical? 

Lo mal llamado música clásica, que en realidad es música con mayúsculas.

¿Si tuviera que elegir un director de orquesta actual?

Mariss Jansons.

¿Si tuviera que elegir un compositor?

Depende del momento y de mi estado de ánimo, hay épocas en las que me gusta más Mozart, otras Rachmaninoff, en otros momentos Bach…

¿Si tuviera que elegir una ópera?

Carmen, creo que es la ópera más redonda de todas.

¿Si tuviera que vivir en otra ciudad? 

En Nueva York, pero para vivir no para trabajar. Me gustan las grandes ciudades, muy cosmopolitas, que respiran libertad, en las que la ciudad vive 24 horas al día…

¿Si tuviera que elegir un cantante/a del momento? 

Depende del etilo musical, pero siguiendo la línea anterior, supongo que a Joyce Didonato, una mezzosoprano americana que canta música lírica.

¿Si tuviera que elegir a un instrumentista?

Leif Ove Andsnes, un prestigioso pianista noruego.

¿Si tuviera que elegir una orquesta? 

La orquesta Concertgebouw de Amsterdam, que además estuvo aquí hace escasos días.

Tras quince años al frente del auditorio, ¿qué siente?

Parece que es el 1º año, estoy siempre empezando, porque en la música, en la organización y en la promoción siempre todo lo que has hecho queda en el recuerdo, pero no tiene constancia para nada más, no es algo tangible, son cosas que sólo puedes recordar y esos recuerdos no sirven de nada para hoy. Es cierto que te ayudan a saber lo que tienes que hacer mejor y para saber cuál es la historia de estos quince años, gracias a la cual estamos donde estamos. A mí estos 15 años se han pasado como si hubiesen sido 15 meses, recuerdo cuando se inauguró el Auditorio y parece que sucedió ayer.

Usted desarrolla tres actividades en el Auditorio…

Exacto como director artístico, técnico y gerente que en el cómputo global exigen que el Auditorio funcione en todo momento. Además cuento con un equipo de 9 personas, con un cometido específico, con las que me reúno al comienzo de la semana para coordinar todo a la perfección.

Ahondando un poco más, ¿cuál es su función como director técnico?

Simplemente que el Auditorio no se vea paralizado en ningún momento por ningún acontecimiento, tengo que velar porque siempre permanezca abierto. Para ello cuido nimiedades como que funcione la luz, el agua… Que sin embargo son fundamentales en cualquier infraestructura de este tipo.

Como director artístico…

Aquí se compendia lo que se le ofrece al público. Hacer los programas, contratar a las orquestas, atender a todas las llamadas, atender a los pianistas, directores y orquestas que quieren tocar aquí, y ante todo hacer una buena selección del producto que se va a ofrecer, atendiendo a las características del público.

 Los grandes momentos de su vida laboral. Fuente: Beatriz Gracia
Y de gerente…

Como gerente me encargo de todo lo relacionado con el tema económico. La contratación del personal de servicio, como las azafatas, taquilleras y todo el mundo que tiene que estar al tanto. Todo esto, además de lo anterior dicho, está totalmente relacionado al presupuesto con el que se cuenta. Con ello se debe hacer un balance de lo que se va a vender y crees que va a ser aceptado por el público.

¿Cómo describiría su dedicación al Auditorio?               
                          
Yo duermo muy pocas horas, trabajo aquí casi las veinticuatro horas del día. Estoy pendiente del Auditorio todo el día, porque aunque me voy a casa mi teléfono siempre está encendido por lo que pueda pasar.

¿Cómo puede compaginar su trabajo con su faceta como pianista?

Yo soy muy desordenado aparentemente, sin embargo mi cabeza es muy ordenada y responsable, por ello no he dejado nunca la faceta de músico. Cuando llevo más de un mes sin acompañar a un instrumentista, tocar en un concierto o acompañar a un cantante, me pongo nervioso al no ``pisar tablas ´´. Además eso me viene bien para mantener mi agilidad, estudiar, no abandonar esa profesión tan bonita que comencé con 7 años y que me ha costado tanto mantener.

Por el Auditorio han pasado las mejores orquestas del mundo, ¿fruto de un reto personal?

Tan sólo soy un trabajador y jamás he querido ser pretencioso. Se han sucedido un cúmulo de circunstancias que han ido forjando unos eslabones, dando como resultado una cadena que debemos cuidar para que sea de oro y no de chatarra. Si eso ha sido lo que ha salido, ha sido sin pretenderlo. Y si este trabajo en equipo ha conseguido una grata aceptación, nos podemos sentir orgullosos de que Zaragoza tenga un auditorio que es un referente hoy en día.

¿Por qué apostó por los grupos residentes del Auditorio?

Me parece que es un modelo que no se había hecho en ninguna otra ciudad de España, contando con los auditorios. Casi todos los auditorios de España tienen una orquesta sinfónica, ya sea propia de la ciudad o de la comunidad autónoma, sin embargo Zaragoza y Aragón carecía de ella, por lo tanto apostamos por estos grupos emergentes, que con esfuerzo y trabajo ya están dando su fruto internacionalmente.
Estoy convencido que tanto el coro Amici Musicae, en sus tres facetas, infantil, juvenil y senior, como la orquesta de cámara del auditorio``Enigma ´´, las orquestas jóvenes del Conservatorio y “Al aire Español”, creo que es de lo que más orgullosos nos podemos sentir, no solamente yo, sino todos los zaragozanos.

¿Cuáles son los momentos más especiales que ha vivido a lo largo de su carrera como director del Auditorio?

Lo cierto es que tengo dos grabados a fuego en mi memoria. El primero fue el día de la inauguración, el 5 de octubre de 1994, cuando oí el himno de la alegría, con todos los coros e instrumentistas de la orquesta nacional, estaba sentado junto al arquitecto, José Manuel Pérez La Torre, y en ese momento nos fundimos en un apretón de manos y los dos nos emocionamos muchísimo.

Ese es el primero… ¿Y el segundo?

Esta vez no fue solamente en el concierto, sino también en la retransmisión por televisión, del concierto, con motivo de la Expo, que dio el director Zubin Mehta, la orquesta de Israel y el coro senior Amici Musicae del Auditorio. Interpretaron la Segunda Sinfonía de Mahler, ``La Resurrección ´´. La interpretación de la parte final de la obra me pareció un momento de los que se quedan en tu retina.

¿Cómo han marcado en su vida estos quince años?

He sido un afortunado, yo soy de los que piensan que el Auditorio me ha dado la vida, las mayores satisfacciones, a parte de los momentos malos y difíciles que haya tenido, pero de eso no me acuerdo. Soy agradecido a quien me puso al frente de este proyecto y sobre todo agradezco la suerte que he tenido de dirigir algo tan bello, tan espectacular y que se ha convertido en un referente europeo incluso diría que mundial.

La gente piensa en usted como alguien inaccesible…

Me voy a describir porque muchas veces me hago mi propia autocrítica y en esa autocrítica me salen muchísimos defectos, uno de ellos es que soy muy vehemente pero a la vez de la vehemencia soy muy claro, yo me enfado sobre todo por los problemas pequeños, las tonterías me ponen muy nervioso y me desquician, sin embargo, con los problemas grandes de mi vida he adoptado una serenidad que jamás hubiera creído que pudiera adoptar, ese es uno de mis errores y virtudes al mismo tiempo.

A otros les sugiere un respeto que en ocasiones roza con un cierto temor…

Quizás eso sea un complejo de inferioridad, derivado de que soy pequeño y todos los pequeños tenemos que tener un mecanismo de autodefensa para que no nos avasallen, posiblemente pueda ser eso, cuando me autoanalizo doy con esta respuesta, pero lo que también puedo decir es que cuando se me conoce soy una persona muy tierna, muy dulce, muy enamoradiza, muy romántico y sobre todo puedo decirte que no soy mala persona. Yo jamás he rematado a nadie y he tenido motivos para ser absolutamente vengativo, pero no puedo vivir con un resquemor en mi vida. Cuando me equivoco suelo pedir perdón, lo reconozco y reconozco que tengo un pronto malísimo. Digamos que soy un corredor a larga distancia y como corredor a larga distancia doy buenos resultados.

¿Le queda algún sueño pendiente?

Creo que quedan muchas cosas todavía por realizar y mucha gente por venir. Una de las cosas más importantes que quiero dejar antes de jubilarme, es dejar muy consolidados los grupos que actualmente están estables en este Auditorio, y desde luego proyectarlos al mundo. Pero no por mí, sino por Zaragoza, para llevar el nombre de nuestra ciudad por todo el mundo y que estos grupos sean un referente a nivel nacional e internacional y que sepan que en Zaragoza también se hacen cosas estupendas.

Beatrice*

martes, 2 de noviembre de 2010

Genios de café y alcobas

En el interior de bares con pequeños escenarios iluminados por tenues bombillas parpadeantes, en pocos metros cuadrados con paredes agrietadas y olor a humedad, denominados “estudios”. En una habitación envuelta de recuerdos e ideas rutilantes, en el arco de un violín, o las hojas amarillentas de un cuaderno y lápices sin punta…Donde viven los genios anónimos.

Aquellos que dedican su vida a crear auténticas obras de arte y sin embargo se tienen a sí mismos y a un reducido grupo de admiradores. Las copias nos invaden cada día en más aspectos de la vida y siento decir que también en el arte, por desgracia. Y tenemos que ver como estas personas triunfan en el mercado, mientras que nuestros genios anónimos crean verdaderas maravillas entre cuatro paredes con olor a incienso que intenta tapar la humedad. Puedo parecer brusca en estas palabras, tan sólo son un símil literario de la soledad de su arte.

Alejandro Monge, joven pintor zaragozano de 22 años.
Perdemos genios con cada respiración de basura televisiva, lectiva, musical que decidimos consumir. ¿O tenemos opción?, lo cómodo no es lo mejor, si no lo más sencillo, pero y ¿qué hay de las inquietudes? La belleza que se esconde en lo más profundo de una habitación oscura, de un bar al que nunca habíamos entrado, la intriga de ver una exposición de un pintor del que no conocemos el nombre, de una obra escrita que parece demasiado breve para ser buena, debido a lo que nos gustan los tomos Larousse que últimamente son best seller. No olvidemos que Gabriel García Márquez hacía verdaderas maravillas en 140 páginas (Relatos de un Náufrago).

Pero si nosotros, los jóvenes, no somos capaces de movernos, inquietarnos, apasionarnos por algo, indagar en lo llamativo, escuchar a poetas de bares, cantantes de alcobas, escritores de blog, músicos de metro… ¿Quién lo va a hacer? En un país en el que la cultura nunca ha sido la bandera a enarbolar.
Retrato del pintor Alejandro Monge
Démosles la importancia que se merecen, concedámosles un sitio en nuestros blogs, en nuestros tablones de Facebook, en nuestras estanterías, en nuestro tan “inexistente” tiempo, en nuestras vidas. Hagamos que sean escuchados, vistos y leídos. Tengamos espíritu crítico y no nos conformemos con la basura con la que nos bombardean constantemente los medios. Seamos jóvenes que consigamos una actitud crítica ante lo que la vida nos depara, tengamos voz y voto, “mojémonos” por lo que nos importa, pasemos por la vida pisando con fuerza en vez de puntillas.

Luchemos por estos genios que engrandecen una generación tan duramente criticada. Somos los actores de nuestro guión, no caigamos en un “Física o Química” cualquiera. Confiemos en los grandes anónimos para crear una gran obra.


Beatrice*

Espero que disfrutéis de este enlace: