miércoles, 16 de marzo de 2011

¡Destruyamos al GOLEM!

Hace poco empecé a hacer prácticas en un diario digital. 

La verdad es que he tenido suerte, pues al ser un sitio pequeño te empepas de todo y tienes la oportunidad de trabajar en todos los campos, también tienes la oportunidad de meterte en el barro político, y por supuesto, de acabar cubierto de ese fango viscoso que lo compone.

Los apasionado suelen creer en utopías, en políticos dignos que realmente luchan por los beneficios de sus municipios o comunidades autónomas, pero NO. No se engañen, sólo generan barro que intentan moldear y pintar de colores para conseguir atraer a los ingenuos que todavía pensamos que alguien noble puede cambiar las cosas. 

Pero esto es como todo, si la casa tiene humedades, la pintura acaba cayendo, si el material no es adecuado, la pintura desaparecerá. Es entonces cuando el revestimiento da paso a la "pura realidad", y por fin podemos ver la masa marrón viscosa, y que sinceramente apesta, sí pasa de barro a mierda. No intentemos buscar eufemismos, las cosas hay que empezar a decirlas por su nombre, sin engaños, sin tapujos.

Y entonces es cuando a los apasionados, no es que se les caiga la venda, no, es que se la arrancan, se la roban de repente y les salpican con esa sustancia marrón maloliente y, ¿saben qué sucede? se asquean, dejan de creer, y el barro que les ha salpicado se solidifica, creando ejércitos de GOLEM.

Pasamos a ser hombres artificiales sin alma, que ingerimos las palabras de los políticos, como el Golem obedecía la palabra escrita en los papeles de Low. Somos marionetas animadas, perdemos la voluntad propia y seguimos a la masa.

Y es que el barro nos ha dejado inmóviles, SÍ, nos ha salpicado, pero en vez de limpiarlo, hemos dejado que se seque y se solidifique. Nos hemos dejado a nosotros mismos, hemos permitido que nos ganen la batalla.

Pero disculpen que añada que los apasionados no hacen esto, y que el barro no debe ayudar, sino, a remover todavía más nuestra necesidad del cambio, debe alimentar nuestro inconformismo. Somos nosotros los únicos que podemos quitar el barro solidificado del resto. 

Porque la política es apasionante, pero los políticos una mierda.

BGM*

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