martes, 2 de noviembre de 2010

Genios de café y alcobas

En el interior de bares con pequeños escenarios iluminados por tenues bombillas parpadeantes, en pocos metros cuadrados con paredes agrietadas y olor a humedad, denominados “estudios”. En una habitación envuelta de recuerdos e ideas rutilantes, en el arco de un violín, o las hojas amarillentas de un cuaderno y lápices sin punta…Donde viven los genios anónimos.

Aquellos que dedican su vida a crear auténticas obras de arte y sin embargo se tienen a sí mismos y a un reducido grupo de admiradores. Las copias nos invaden cada día en más aspectos de la vida y siento decir que también en el arte, por desgracia. Y tenemos que ver como estas personas triunfan en el mercado, mientras que nuestros genios anónimos crean verdaderas maravillas entre cuatro paredes con olor a incienso que intenta tapar la humedad. Puedo parecer brusca en estas palabras, tan sólo son un símil literario de la soledad de su arte.

Alejandro Monge, joven pintor zaragozano de 22 años.
Perdemos genios con cada respiración de basura televisiva, lectiva, musical que decidimos consumir. ¿O tenemos opción?, lo cómodo no es lo mejor, si no lo más sencillo, pero y ¿qué hay de las inquietudes? La belleza que se esconde en lo más profundo de una habitación oscura, de un bar al que nunca habíamos entrado, la intriga de ver una exposición de un pintor del que no conocemos el nombre, de una obra escrita que parece demasiado breve para ser buena, debido a lo que nos gustan los tomos Larousse que últimamente son best seller. No olvidemos que Gabriel García Márquez hacía verdaderas maravillas en 140 páginas (Relatos de un Náufrago).

Pero si nosotros, los jóvenes, no somos capaces de movernos, inquietarnos, apasionarnos por algo, indagar en lo llamativo, escuchar a poetas de bares, cantantes de alcobas, escritores de blog, músicos de metro… ¿Quién lo va a hacer? En un país en el que la cultura nunca ha sido la bandera a enarbolar.
Retrato del pintor Alejandro Monge
Démosles la importancia que se merecen, concedámosles un sitio en nuestros blogs, en nuestros tablones de Facebook, en nuestras estanterías, en nuestro tan “inexistente” tiempo, en nuestras vidas. Hagamos que sean escuchados, vistos y leídos. Tengamos espíritu crítico y no nos conformemos con la basura con la que nos bombardean constantemente los medios. Seamos jóvenes que consigamos una actitud crítica ante lo que la vida nos depara, tengamos voz y voto, “mojémonos” por lo que nos importa, pasemos por la vida pisando con fuerza en vez de puntillas.

Luchemos por estos genios que engrandecen una generación tan duramente criticada. Somos los actores de nuestro guión, no caigamos en un “Física o Química” cualquiera. Confiemos en los grandes anónimos para crear una gran obra.


Beatrice*

Espero que disfrutéis de este enlace:

1 comentario:

  1. El arte es un mercado en el que el consumidor no elige lo que más le gusta. Al ser una gran masa, ahora estoy hablando del mercado musical, te dan una opción repetida hasta la saciedad que al principio no nos gusta, al oirla 4 veces la tarareas inconscientemente, luego la escuchas todo ciego con tus amigos con los que la puedes tarareas juntos, la asocias a un recuerdo cojonudo y ya es la mejor canción del mundo para poner en las fiestas, escuchar en la ducha o dejar en los tablones de los demás.
    Entonces, ¿qué podemos hacer? Me quedo con admirar la belleza de lo minoritario y gozar de la exclusividad que conlleva.

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